Duros contra el hijo presidencial

MÁXIMO ES MÍNIMO

El hijo de la Presidenta de la Nación dejó por unos minutos la play y se animó a decir un discurso ante una multitud de militantes de La Cámpora. Ha sido un hecho político trascendente que nos alegra generacionalmente y nos indigna políticamente. Porque nadie le teme al kirchnerismo en la urnas, como ha expresado Máximo Kirchner. Ya le ganamos el año pasado en las primarias y en las generales. Parece que su desafío es una típica maniobra de barra brava que anda en busca de revancha y no la apreciación de un dirigente compenetrado de la realidad argentina. Decí alpiste.

Las urnas ya le dijeron NO a la re-reelección. Pero Máximo parece que el día del urnazo se pasó de play. Y ahora despierta sacando pecho para la algarabía de sus seguidores que son muchos, pero no tantos como para definir el tablero político nacional.

Lo que no entiende ningún camporita es que la Constitución Nacional debe respetarse para que seamos una República en serio y no un país gobernado por una banda populista que en la última década se llenó los bolsillos, desaprovechó una oportunidad inmejorable en el contexto mundial y de tan exitosa que ha sido no tiene siquiera un candidato presidencial competitivo.

Por eso, los camporitas se desviven hablando de “proyecto nacional y popular” para ocultar que la Presidenta está desnuda, es decir, que se quedó sin consenso social suficiente para dejar, más allá de 2015, un gobierno de su propia pertenencia partidaria. Entonces la fórmula mágica que empalaga los discursos kirchneristas es “proyecto nacional y popular”. Más de lo mismo. Más inflación, más inseguridad, más narcotráfico, más payasadas ante el mundo.

A pesar de nuestra disidencia frontal, directa y absoluta, felicitamos a Máximo por su sinceridad al pedir la re-reelección. Ha sido tal vez el inconsciente explícito de su madre presidenta que, aunque salga a negar el reclamo eufórico de su hijo, en el fondo es lo que ella piensa y desea. Después de todo siempre va por todo como buena lideresa mesiánica.

Insistimos: Máximo habló en nombre del populismo oligárquico que degrada al país espiando a sus opositores y tirándoles el peso del aparato estatal para perseguir y desprestigiar a los que piensan distinto. Este populismo escandaloso actúa con guante blanco en nombre de “la pluralidad de voces” y esto en una democracia republicana es un delito repudiable que sólo los incautos o mafiosos pueden avalar.

No tenemos ninguna duda respecto de nuestras convicciones políticas y sólo nos moviliza nuestro amor a la Paria. Y sólo hay Patria con República, único camino hacia la justicia social tanta veces declamada y siempre postergada en una década de despilfarro, aumento de la desigualdad e insuficiente inclusión.

La reelección presidencial indefinida agrede al sistema democrático que exige la alternancia de las élites en el poder para estimular la sana competencia, neutralizando así cualquier posibilidad de eternización de oligarquías populistas. Asimismo, consideramos que convocar a una reforma constitucional al sólo efecto de habilitar la candidatura de Cristina, además de significar un disparate, es una agresión a la inteligencia de los argentinos. Por eso, afirmamos que Máximo es mínimo: en derecho constitucional, en oportunismo político, en dignidad republicana.

Aplazado.

CHAVO RAMELLO – DEMIÁN ABBOTT
LA SOLANO LIMA


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