LEGISLATURA PORTEÑA

NO ES NI UNA ESCRIBANIA, SIQUIERA


Por Alejandra Vignollés

El macrismo suele calificar al Congreso Nacional de una mera escribanía del gobierno de Cristina Fernández. Es decir un lugar donde se trabaja nada más que para hacer realidad los deseos del Ejecutivo. Lo cierto es que también los kircheneristas pueden darse ese lujo, producto del contundente espaldarazo electoral que en 2011 la ciudadanía les  dio.
En tanto en la ciudad de Buenos Aires, los porteños también le otorgaron un triunfo aplastante a Mauricio Macri, nada menos y nada más, que por más del 60 por ciento de los votos. Una cifra que el peronismo nunca pudo siquiera soñar, con obtener. Y esto es histórico.
Pero a juzgar por los hechos, hoy por hoy en la Legislatura porteña, ésta no es ni una escribanía. Ya que la inactividad se ha apoderado de ella en lo que va de 2012.
Los PRO basan este fenómeno en que hay una orden del Ejecutivo para que el palacio de las leyes no funcione. Argumentan que el gobierno ya obtuvo de la Legislatura todas las herramientas que necesitaba como el Presupuesto, la ley Tarifaria y el Código Fiscal. Que encima el gobierno nacional los eligió como su adversario político predilecto y que por lo tanto pueden continuar con el piloto automático. También es cierto que en lo que va de 2012 Macri aplicó 10 vetos a leyes aprobadas por la Legislatura, muchas de ellas con el apoyo de los PRO, y que en toda su gestión, que comenzó en 2007, lleva vetadas 85 normas. Esto le valió ser calificado por la presidenta de la Nación como "vetador serial".
Esta situación no ayuda tampoco a la buena disposición de la oposición para sesionar, ni trabajar en las comisiones.
Pero también es cierto que se juegan por debajo otras cuestiones.
El macrismo está frente a un proceso eleccionario inédito en esa fuerza, que es la interna abierta que realizarán para dirimir las candidaturas a todos los cargos en juego en 2013. Esto es senadores y diputados nacionales y provinciales y es por eso que se esta estudiando una reforma al sistema electoral. Este escenario va a servir también para el posicionamiento de algunos dirigentes que tienen aspiraciones para 2015, es decir para Jefe de Gobierno.
Y en esta carrera hay anotados varios, pero a dos de ellos les toca compartir el día a día en la Legislatura porteña: Cristian Ritondo, vicepresidente primero del cuerpo y la jefa natural de ese ámbito, la vicejefa de Gobierno, María Eugenia Vidal.
Esta particularidad cuenta con el condimento de que hace 12 años que un vicejefe de Gobierno no conduce las sesiones en el recinto, como ahora lo hace Vidal. El detalle hace que Ritondo se haya convertido en un vicepresidente primero que mira las sesiones desde abajo del estrado sentadito en su banca. Algo que no ocurrió ni con Santiago de Estrada, ni con Diego Santilli.
Vidal encima encabeza las reuniones que se realizan los martes con los presidentes de los bloques. Pero el poder real lo tiene Ritondo, porque es el que maneja el presupuesto, los contratos, es decir la administración de la casa. Y a nadie se le escapa que Vidal no es legisladora, ya que su cargo como en la Nación es un híbrido. Desde el mismo momento que no es parte del Poder Ejecutivo, pero tampoco del Legislativo. Está para tocar la campanita.
Sin embargo a Ritondo no le escapa que las luminarias enfocan a Vidal durante las sesiones.
Esta situación clavó la espina en la oposición en el sentido de que Ritondo y Vidal están inmersos en una batalla de egos, cuyo efecto más importante es la paralización del cuerpo. Esta convicción también recorre el espinel del PRO. "Cristian tiene que esperar a que María Eugenia se canse y se vaya sola. Porque eso es lo que va a pasar. Pero es más fuerte que él. Entonces si bien la relación personal es buena, la competencia arruina la convivencia", admitió ante Furiosa Buenos Aires un prominente legislador macrista. Ritondo, según este razonamiento, al no impulsar el trabajo en la Legislatura, le quita protagonismo a Vidal.
Por otra parte no es menos cierto que los proyectos que quieren impulsar los PRO, no le mueven el amperímetro a los opositores. Como por ejemplo los mega emprendimientos inmobiliarios como Solares de Santa María o el Centro Cívico, entre otros.
Tal vez en unos días comience la actividad nuevamente, cuando Grindetti envíe una ampliación presupuestaria. Una iniciativa que según dijo el funcionario a Furiosa, no va a ser solamente para pagar el aumento de sueldo a los estatales, sino que puede incluir una readecuación de precios de los contratos con los proveedores del Estado. Asimismo Grindetti reconoció que ya se observa un amesetamiento en la recaudación del impuesto de Sellos y que esto puede impactar en Ingresos Brutos, que es el principal sostén de las finanzas porteñas.
Una iniciativa que sí le puede mover el amperímetro a la oposición tiene que ver con el rediseño integral de las plazas de la ciudad en las que se prevé que se instalen bares, baños y un lugar para realizar actividad física. El macrista José Luis Acevedo es quien están construyendo los consensos para que finalmente los porteños puedan disfrutar a pleno del espacio más democrático que puede tener una ciudad: el público.