Desde 2003 la matricula de las escuelas privadas crecieron más que en el menemismo

Por A.V.
 
"A partir de 2003 el proceso de privatización de la educación no solamente ha seguido su tendencia histórica, sino que se ha profundizado. Nos encontramos con que durante los años 90 la matrícula no sufrió alteraciones significativas en el sentido tendencial". Este es el  resultado que arrojó un estudio realizado por un ex ministro de Educación de Mauricio Macri,  Mariano Narodowsky. Un ex funcionario que ideológicamente estuvo en las antípodas de las posiciones del PRO, en muchos sentidos. Para decirlo de otro modo, venía de la izquierda. 
Y en este sentido, hay que resaltar que el autor revela que la ciudad de Buenos Aires es el "distrito con mayor incidencia de la educación privada". 
Si bien el estudio tiene alcance nacional, en el caso especial de la ciudad de Buenos Aires la matrícula en 1994 era de 290.880 alumnos, mientras que en 2010 fue de 351.041. Durante el período en el que gobernaron a los porteños Fernando De la Rúa y Enrique Olivera (1997-2000) se incrementó de 276.647 a 293.281. En tanto que en la gestión de Aníbal Ibarra bajó en 2001 a 286.999 para terminar en 312.667 en 2006. Cuando llegó Mauricio Macri en 2007, las cosas cambiaron. Pasó de 313.162 a registrar 351.675 en 2010. Cabe destacar que esto sucedió mientras el propio Narodowky fue ministro. 
En tanto que si se mide según los período presidenciales durante 1994-1999, se incrementó en un 7.3%; 7% entre 1999-2001; 0,9% en 2001-2003 y un 20% de 2003 a 2010. 
De esta manera durante el gobierno Menem la matrícula de la educación privada se incrementó en un 7.3,  mientras que durante el kirchnerismo se aceleró el proceso de privatización de la matrícula escolar, y tripilicó su crecimiento respecto de los noventa. 
Un dato interesante a destacar del presente estudio es que estos procesos se dieron de manera independiente a la sanción de leyes educativas. Así la Ley Federal de Educación de 1993 no tuvo incidencia en la matrícula privada y a la vez cuando fue derogada y aprobada la ley de Educación Nacional se produjo el mayor crecimiento de la misma en la los últimos años de la historia argentina, remarca el autor del trabajo. 
Asimismo se pudo corroborar que el crecimiento de los subsidios es mayor después del 2003 que los años 90. 
Si me mide el crecimiento a nivel de todo el país pasó de 1.000 millones de pesos en 1993 a 2.500 en 2010. En la ciudad de Buenos Aires se incremento de 122 milllones en 1994 a 276 en 2010. 
Esta tendencia de asignar fondos públicos al sector privado puede observarse también en las provincias. 
"En los últimos 6 años del gobierno menemista, el incremento de la transferencia al sector privado de la educación es algo menor a la mitad que lo que se incrementan estos recursos para los 7 años de la administración inaugurada en 2003", afirma Narodowsky. 
La conclusión a la que arriba el autor es que "la privatización de la educación materializada en el acompañamiento financiero, es Política de Estado en la Argentina". 
En cuanto al caso de la ciudad de Buenos Aires afirma que "la mitad de los alumnos va a la escuela privada y en algunos barrios la matrícula llega al 65%". 
"De cada tres alumnos, dos van a la escuela privada", indica Narodowsky. 
Y agrega que "entendemos que Buenos Aires es el único caso en la historia escolar argentina y probablemente latinoamericana donde la escuela estatal pierde alumnos en semejante magnitud". 
Un último dato muy interesante es el que afirma que el crecimiento de la matrícula privada es independiente del signo ideológico de los gobiernos de turno tanto en la ciudad, como en algunas provincias. Así mientras durante los gobiernos de Mauricio Macri, Hermes Binner (Santa Fe) y Sergio Uribarri (2007-2010), se aumentaron los subsidios entre un 38 y un 50%. En el Chaco, Jorge Capitanich los incrementó en un 83%.


“Soy una compulsiva observadora del comportamiento femenino”

Por M.J.R.

La actriz Mercedes Morán fue distinguida como Personalidad Destacada en el Ámbito de la Cultura por sus personajes de fuente impronta social y su compromiso en la lucha contra la violencia de género y por el matrimonio igualitario, entre otras cosas.


 ¿Con esta distinción te sentís tan porteña como puntana?
Absolutamente, yo amo la ciudad de Buenos Aires y la verdad es que estoy acá desde los 5 años. Tengo asociada mi infancia y todo el afecto que uno tiene por esos recuerdos con San Luis pero la verdad yo siento que Buenos Aires es la ciudad a la que pertenezco y en ninguna otra podría vivir.

 ¿Cómo recibiste la noticia de que ibas a ser distinguida como personalidad destacada de la cultura?
Fue diferente a todo. Mi padre que tiene 97 años fue diputado de la Buenos Aires y creo que este premio es el que más le hubiera gustado. Son esas cosas que uno no entiende el por qué. Hay algo de lo que yo entrego como actriz de lo que soy más consciente pero después de todo lo que se dijo hoy yo soy la primera asombrada. Las cosas por las que me reconocen no son cosas que yo me haya propuesto. Simplemente he tenido la fortuna de poder expresarme siempre y la verdad que es un privilegio para mí poder expresarme. Que reconozcan eso es una paradoja.

¿Coincidís con el afecto que le da la gente a tus personajes o sentís que alguno quizás no fue reconocido debidamente?
No. Creo que una vez que termino de actuar tengo un vínculo afectivo con  los personajes muy parecido al que puedo tener con una prima lejana o una amiga que hace muchos años  que no veo, los siento familiares y siento que todos los personajes me han acercado a la gente. Soy una compulsiva observadora del comportamiento femenino y mi trabajo como actriz me ha permitido ser muchas mujeres y me va a permitir seguir siendo muchas mujeres que creo que es una fantasía que tenemos todas que no nos alcanza una vida para sentirnos satisfechas. Entonces este trabajo me da esa posibilidad.

¿Cuál fue el recibimiento de la gente a tu último personaje Gloria en “El hombre de tu vida?
Muy divertido. A la gente le cayo simpática Gloria siempre me sorprende el cariño que la gente le tiene a algunos personajes que a mí me cuesta justificarlo porque me parecen imperfectos pero bueno es lo que los acerca más a la gente.

“Cuando descubrí la música, deje todo”

Por Ana Julia Bomaggio

Otra  vez en Argentina, como solista, Olga  Román,  la voz que embellece las canciones de Joaquín Sabina


Una mujer bella, sencilla, amable, llena de rulos rubios y una sonrisa sincera. Así se podría definir a Olga Román, la cantante española reconocida en toda Latinoamérica por haber acompañado durante mucho tiempo a Joaquín Sabina. De gira por Argentina, presenta su tercer disco “Seguir caminando” y demuestra su potencia creadora.

¿Cómo fue que te dedicaste a la música?
De manera curiosa como todo lo que me fue sucediendo a lo largo de estos años. En mi familia no hay músicos, salvo mi tía abuela que era pianista. Crecí mirándola tocar el piano porque vivíamos todos juntos y así empecé a estudiar, pero siempre como un juego, iba a clases de danza y de música. Luego, cuando tuve que ir a la universidad, me inicié en la carrera de Ingenieria agrónoma porque me interesaba la investigación genética, y como todo tomó otro rumbo inesperado. El novio de una amiga de una amiga tenía una banda y me invitaron a cantar. Cuando descubrí la música dejé todo lo demás.

¿Qué pasó cuando decidiste ir por este camino?
Elegí irme de España para estudiar música profesionalmente en Estados Unidos. Obtuve una beca para escuela Berklee (una de las más prestigiosas) y me mudé a Boston. Viví casi ocho años allí. Fue curioso porque antes de partir estuve en algunas presentaciones, canté con Luis Eduardo Aute, tenía por entonces 18 años, y mis compañeros de la facultad de ingeniería, sin saber de mi lado musical, vinieron al recital y casi mueren cuando me vieron en el escenario. Tuve la fortuna, que siendo tan joven, estuve en un escenario con él, con Silvio Rodríguez, Pablo Milanés y Joan Manuel Serrat.
Luego, la experiencia de vivir lejos de la casa es muy enriquecedora porque te permite ver todo desde afuera. En Estados Unidos, descubrí Latinoamérica, porque en aquella época en España no circulaba tanto material de esa cultura. Conocí y aprendí la música maravillosa de Brasil, por ejemplo, y recuerdo que cuando escuché por primera vez a Elis Regina me generó una sensación indescriptible. Los ocho años en Boston fue una de las épocas más lindas de mi vida.

Y después de Estado Unidos, regresaste a Joaquín Sabina….
Pues sí, recuerdo perfectamente el día que lo conocí, en un bar de la zona donde grabábamos con Aute. El llegó y nos pusimos a conversar. Yo era súper tímida por ese entonces, tengo plasmado en mi memoria ese momento, y eso que soy olvidadiza, porque me sentí comprendida, entendida profundamente. No sé si Joaquín conozca esta anécdota. La cuestión es que volví de Boston, un día me llamó y  me dijo “hace años que te estoy buscando”, y ahí empezó nuestro derrotero de trece años juntos en la música.

¿Qué te aportó el trabajo compartido con Sabina?
Lo que más aprendí con él  es de la vida. Además, veníamos con   mucha frecuencia a países como Argentina y México y Joaquín es muy generoso en el escenario. Siempre compartió conmigo el espacio, cantaba alguna de mis propias canciones, hacia temas a dúo con él y eso me dio la oportunidad de que el público me conociera a mí y a mi música.

¿Cómo decidiste lanzarte como solista?
Fue un proceso en el que un día dije voy a componer, sin saber si iba a poder hacerlo y sin saber si sabía cómo, y así surgió mi primer disco, que considero muy intimista. Allí hice letra y música yo. Ya en mi segundo trabajo, que es de 2005 y grabado casi íntegramente en Buenos Aires, participó el letrista Juan Uria, que trabaja maravillosamente. Estoy muy orgullosa de mis tres discos, y este último más todavía porque tiene un desenfado que los demás no.

Pasaron seis años entre “Olga Román 2” y “Seguir Caminando” ¿Qué pasó en todo ese tiempo?
Soy muy lenta para trabajar y componer, me tomo mi tiempo. Además en estos seis años fui madre, y tener hijos cambia completamente la vida, y más si decides dedicarte a ellos, como hice yo. Durante todo el primer año y medio estuve dedicada solo a ella, y esta es la primera gira fuera de España y la primera vez que la dejo tanto tiempo. Las prioridades son diferentes.

¿Qué tiene de especial tu nuevo disco?
Amo profundamente todos los proyectos en los que trabajo y este disco en particular lo siento más humorístico, desfachatado en algún sentido, y con canciones que quizás no tienen que ver una con la otra pero todas son muy bellas. Por ejemplo, la canción que grabé con Joaquín tiene sones cubanos, un ritmo que yo nunca había cantado. Además, está grabado en directo, es decir que nos metimos los músicos y yo a tocar y cantar juntos en el estudio y eso genera una energía que tenía muchas ganas de sentir y el disco lo trasmite.

Además de la participación de Joaquín en “Margarita”, hay un tema con Pablo Milanes. ¿Cómo surgieron estas colaboraciones?
La producción se retrasó un poco y un amigo me preguntó porqué no tenia colaboradores y le dije “pues no sé”. Entonces se me ocurrió que podía ser bueno y pensé que “Margarita” le iba a sentar muy bien a la voz de Joaquín. Le mandé un mensajito y me respondió a los diez minutos diciendo simplemente “dónde y cuándo”. Fue maravilloso y fue su idea cuando escuchó “Cada vez que te vas” convocar a Pablo. Recuerdo que me dijo “sería una bomba si lo cantara Pablo” y así fue. El resultado es un disco muy hermoso

¿Qué expectativas tenés de la presentación en Argentina?
¡Todas! Estoy muy contenta de cumplir con mi deseo de regresar porque me siento muy a gusto aquí, hay una energía distinta, me siento muy bien con la gente. Es impresionante, y es una cosa que deben estar cansados de escuchar pero el público argentino es muy especial, muy caluroso, muy demostrativo. En España me preguntan cómo es tu música, y acá no tengo que definir lo que hago porque lo entienden.

Olga Román presenta “Seguir caminando” el 8 de marzo en el ND Ateneo a las 20.30